Comenzar un programa de pérdida de peso o introducir ejercicio en tu rutina diaria requiere energía y puede hacerte sentir más cansado. Su dieta, la cantidad de agua que consume y la cantidad de sueño que obtiene por día también influyen en cuán enérgico o lento se siente. Al analizar sus hábitos actuales, puede determinar dónde puede estar agotando su energía.
La pérdida de peso implica participar regularmente en actividad cardiovascular y entrenamiento de fuerza. Al hacer el cambio de un estilo de vida sedentario a un estilo de vida activo, es normal un período de ajuste. Espere que su cuerpo se sienta un poco cansado y dolorido a medida que aumenta su nivel de actividad. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los adultos sanos realicen un mínimo de 150 minutos de ejercicio cardiovascular de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa por semana. Para evitar sentirse abrumado por esa recomendación, comience con intervalos de 10 minutos repartidos en el transcurso de un día y avance hasta 30 a 45 minutos consecutivos.
Dependiendo de cómo haya reestructurado su dieta, puede haber reducido el número de carbohidratos que consumes Su cuerpo usa carbohidratos como su principal fuente de combustible. Al reducir la cantidad de carbohidratos fácilmente disponibles para su cuerpo, está forzando a su cuerpo a utilizar otras fuentes de combustible. En lugar de reducir o eliminar drásticamente los carbohidratos de su dieta, concéntrese en incorporar fuentes de granos integrales como el pan integral y el arroz integral, así como frutas y verduras frescas. Elimine las fuentes refinadas de carbohidratos como el pan blanco, el arroz blanco y los dulces.
La deshidratación puede provocar fatiga y otras consecuencias graves para la salud. Su cuerpo usa agua en una miríada de procesos diferentes y no funciona bien sin las cantidades adecuadas. Realice un seguimiento de la cantidad de agua que consume por día: procure beber al menos ocho 8 onzas. porciones Evite consumir bebidas deportivas a menos que realice 60 minutos o más de ejercicio de intensidad vigorosa, ya que pueden ser fuentes ocultas de calorías adicionales. En la mayoría de los casos, el agua simple es la mejor manera de rehidratarse.
Su cuerpo necesita unas ocho horas de sueño para funcionar a niveles óptimos. Durante el sueño, su cuerpo repara el daño causado por el desgaste típico: los niveles químicos y hormonales también se restablecen a los niveles normales. Sin un sueño adecuado, su cuerpo no funciona de manera más eficiente. Controle la cantidad promedio de sueño que obtiene en el transcurso de una semana. Si, en promedio, tiene menos de ocho horas, evalúe. Abstenerse de ingerir cafeína aproximadamente cuatro horas antes de acostarse: la cafeína es un estimulante y puede dificultar conciliar el sueño. Desconéctese de la electrónica al menos 30 minutos antes de acostarse, porque las luces brillantes activan su cerebro para mantenerse alerta.