Las hojas de tomillo le dan a tus alimentos un sabor mentolado y verde azulado. Puedes usar tomillo fresco o seco para lograr este efecto, pero necesitarás usar diferentes cantidades de tomillo fresco versus seco. También agrega tomillo a sus platos en diferentes momentos dependiendo de la forma que use.
Necesita diferentes cantidades de fresco versus tomillo seco en recetas. Por ejemplo, 2 cucharaditas. tomillo fresco cortado equivale a 1/4 cucharadita. tomillo seco triturado, de acuerdo con el "Nuevo libro de cocina de Better Homes and Gardens", de Tricia Laning. Para mantenerlo simple, como regla general, use esta fórmula: 1 cucharadita. hierbas secas es igual a 1 cucharada. hierbas frescas.
Si está utilizando tomillo seco en un plato, agréguelo temprano en el proceso de cocción . Requiere más exposición a la humedad y al calor para liberar su sabor. Si está usando tomillo fresco, haga lo contrario. Agregar tomillo al final de su proceso de cocción asegura que el calor no destruya el aroma o el sabor del tomillo.
Guarde el tomillo fresco en su refrigerador por hasta siete días. Envuélvelo en una toalla de papel ligeramente húmeda. Alternativamente, corta el extremo del tallo del tomillo y ponlo en un frasco de vidrio en 1 pulgada de agua. Selle esto con una bolsa de plástico. El tomillo seco tiene una vida útil de aproximadamente seis meses una vez que el recipiente está abierto. Guárdelo en un recipiente de vidrio herméticamente cerrado que esté en un lugar oscuro, fresco y seco. Escriba la fecha de compra en el fondo de su contenedor de tomillo seco para saber cuándo reemplazarlo.
El tomillo fresco es superior al tomillo seco en sabor y aroma, según Michael T. Murray, autor principal de "La enciclopedia de alimentos curativos". Nutricionalmente, el tomillo contiene numerosos flavonoides que lo convierten en un alimento rico en antioxidantes. También tiene aceites volátiles que tienen propiedades antibacterianas, antiespasmódicas y carminativas, o de alivio de gases. Dependiendo del método, el tomillo retiene gran parte de su contenido de aceite volátil y antioxidante cuando se seca. El secado por flujo es el mejor método para preservar el contenido nutricional, mientras que el secado al horno es el peor, según el libro "Tomillo" de Elisabeth Stahl-Biskup y Francisco Sáez.