La Clínica Mayo define la dermatitis atópica (eccema) como una inflamación crónica y con picazón de la piel que puede estar asociada con fiebre del heno o asma. Con frecuencia se desarrolla detrás de las rodillas y en los brazos. Aunque el eccema se ve comúnmente en niños y bebés, la condición también puede desarrollarse en la edad adulta. Kidshealth.org dice que aproximadamente una de cada 10 personas en todo el mundo se verá afectada por el eccema durante sus vidas. Los enfermos de eccema deben prestar especial atención a sus dietas, ya que se sabe que ciertos alimentos exacerban el trastorno de la piel.
Algunas frutas, especialmente más ácidas unos, son conocidos por desencadenar brotes de eczema. Estas frutas incluyen naranjas, tomates, limones y fresas.
Los alimentos que causan alergias alimentarias comunes también están implicados en desencadenar y agravar el eccema. Algunos de los alimentos comunes relacionados con una respuesta alérgica al eccema incluyen productos lácteos (especialmente leche de vaca y huevos), soja, nueces, trigo y mariscos. Su médico puede evaluar alergias alimentarias pinchando la piel con un extracto de la sustancia alimenticia y monitoreando la respuesta de la piel.
Los aditivos alimentarios y conservantes también pueden causar eccema. Es probable que estos se encuentren en alimentos preenvasados y procesados e incluyen tartrazina (colorante azo amarillo limón, utilizado en colorantes alimentarios), benzoato de sodio, glutamato de sodio (sal) y sulfitos (conservante de frutas). El MSG (glutamato monosódico, utilizado como aditivo alimentario para mejorar el sabor) también puede desencadenar o empeorar el eczema.