La soya se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud, incluida la protección contra ciertos tipos de cáncer y niveles más bajos de colesterol. Estos beneficios se han atribuido en gran medida a una sustancia en la soya conocida como isoflavonas. Estos compuestos, que imitan el estrógeno humano, son el foco de gran parte de la investigación sobre la soya y la salud humana. Si bien las isoflavonas de soya pueden tener ciertos beneficios para la salud, el alto consumo de estos compuestos también puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer. La mayoría de las fuentes recomiendan comer alimentos de soya con moderación y evitar los suplementos a base de soya.
Isoflavonas, sustancias activas en la soja alimentos a base de, son una clase de fitoestrógenos, compuestos que existen en plantas estructuralmente similares al estrógeno que tienen propiedades similares al estrógeno. Una vez en el cuerpo, estos fitoestrógenos se comportan como el estrógeno humano. En algunos tejidos pueden imitar los efectos del estrógeno y en otros tejidos pueden hacer exactamente lo contrario: bloquear el estrógeno. Debido a que los efectos de las isoflavonas no se entienden completamente, existe preocupación por sus efectos a largo plazo en el sistema hormonal humano.
El estrógeno es una hormona que puede causar cáncer de seno en humanos y animales, señala Instituto Sprecher para la Investigación Comparada del Cáncer en la Universidad de Cornell. Como resultado, existe una preocupación sobre el potencial de una alta ingesta de compuestos similares al estrógeno, como las isoflavonas de soja, para afectar negativamente a los sobrevivientes de cáncer de mama. Según el Centro Médico de la Universidad de Maryland, algunas investigaciones muestran que la soya puede estimular el crecimiento de las células de cáncer de seno. El Instituto Linus Pauling señala que, aunque los datos en esta área son contradictorios, no recomiendan que las sobrevivientes de cáncer de seno consuman grandes cantidades de alimentos ricos en isoflavonas. Además, se aconseja a las mujeres embarazadas que eviten las dietas ricas en isoflavonas debido a la falta de investigación sobre los efectos de la soja en el desarrollo fetal.
Según el Instituto Sprecher, mientras que la relación entre el cáncer de mama y las isoflavonas de soja tiene estudiado de diferentes maneras, la investigación no ha podido proporcionar respuestas claras sobre sus efectos sobre el riesgo de cáncer de seno. Se recomienda comer alimentos de soya con moderación y evitar los suplementos a base de soya. Penn State College of Agricultural Sciences explica que los suplementos de soya, como la proteína de soya, pueden tener diferentes efectos en el cuerpo porque a menudo contienen niveles más altos de isoflavonas.
Una ingesta segura de isoflavonas de soja es de entre 35 a 55 miligramos por día, informa Penn Colegio Estatal de Ciencias Agrícolas. La escuela señala que otros sugieren un límite superior seguro de 100 miligramos por día. Aproximadamente dos o tres porciones de alimentos naturales de soya por día se consideran seguras. Por porción de 3.3 onzas, la soya hervida contiene el nivel más alto de isoflavonas, con 54 miligramos, seguida de tofu a 28 miligramos y hot dogs de soya a 15 miligramos. Una taza de 8 onzas de leche de soja contiene 24 miligramos de isoflavonas de soja.