Los síntomas de náuseas después del ejercicio pueden deberse a una variedad de causas. Las náuseas pueden verse influenciadas por la dieta, la deshidratación o la sobrehidratación, y el ejercicio más allá de la capacidad de resistencia. Si se aborda cada una de estas causas potenciales y persisten las náuseas, busque atención médica. Condiciones como la diabetes o la enfermedad cardíaca pueden aumentar las posibilidades de estos síntomas después del ejercicio.
Hacer ejercicio con alimentos no digeridos en el tracto gastrointestinal puede causar problemas digestivos. Del mismo modo, hacer ejercicio con el estómago vacío también puede provocar náuseas. Un estudio de abril de 2001 publicado en "Appetite" examinó los efectos del ejercicio de alta y baja intensidad en sujetos que se sometieron a diversos patrones de alimentación. Cada participante hizo ejercicio con el estómago vacío inmediatamente después de comer una empanada de carne y 60 minutos después de comer. A modo de comparación, el sistema digestivo también se estudió después de comer sin hacer ejercicio. Los resultados encontraron que las puntuaciones de náuseas fueron más altas mientras se hacía ejercicio con el estómago vacío e inmediatamente después de comer. Las náuseas eran más altas si participaba en ejercicios de alta intensidad directamente después de una comida. Los investigadores concluyeron que el ejercicio puede causar náuseas, cuya gravedad está determinada por los patrones de alimentación.
La falta y demasiada hidratación pueden aumentar las posibilidades de sentir náuseas durante o después del ejercicio. El cuerpo produce sudor durante el ejercicio para ayudar a enfriar su temperatura central. Los electrolitos como el sodio y el potasio se excretan, junto con los líquidos. Los niveles agotados de líquidos y electrolitos durante el ejercicio pueden provocar náuseas. El "European Journal of Applied Physiology" publicó un estudio en diciembre de 2000 que encontró que la deshidratación retrasó el vaciado del estómago y el intestino. El vaciamiento gástrico tardío indujo síntomas de náuseas. La sobrehidratación también puede causar enfermedad estomacal. Beber demasiada agua llena el estómago y provoca una sensación de hinchazón.
La hipoglucemia, o bajo nivel de azúcar en la sangre, puede provocar síntomas de náuseas, mareos, dolor de cabeza y pérdida de la función. El cuerpo utiliza el azúcar para impulsar los músculos durante el ejercicio. Hacer ejercicio intenso o durante períodos prolongados puede agotar las reservas de glucosa del cuerpo y provocar hipoglucemia. Sacudidas, visión borrosa, fatiga y pensamiento poco claro durante la actividad pueden indicar esta condición. El consumo de carbohidratos y proteínas simples puede regular rápidamente el azúcar en la sangre, a menudo aliviando los síntomas. Para las personas con diabetes, hable sobre su salud con un médico antes de hacer ejercicio.
Empujar el cuerpo más allá de su resistencia también puede provocar náuseas, según el Consejo Nacional de Seguridad. El sobreesfuerzo puede ocurrir al levantar objetos pesados, realizar ejercicios aeróbicos o caminar por las escaleras, si el cuerpo no está acostumbrado a la actividad, particularmente después de una enfermedad o cirugía. Regrese lentamente después de un largo descanso del ejercicio vigoroso, entrenando a baja intensidad por períodos cortos. Cuando la fuerza y la resistencia regresan, se pueden mantener niveles más altos de ejercicio sin fatiga ni náuseas.