La presión rectal durante el ejercicio puede causar molestias y dolor considerables y puede interferir con el tipo y la duración de su entrenamiento. Los sentimientos de presión en el recto pueden indicar un problema digestivo o pueden resultar después del parto o una lesión pélvica. Afortunadamente, la mayoría de los casos de presión rectal durante el ejercicio se pueden prevenir con cambios en la dieta y el estilo de vida, y también se pueden tratar con atención médica.
Se puede desarrollar presión rectal durante el ejercicio de repente y sentir espasmos dolorosos, o puede aparecer lentamente y sentir que un peso está presionando la pelvis. La sensación de presión puede empeorar con ciertas posiciones o actividades, especialmente los ejercicios que requieren sentarse, como andar en bicicleta o remar. Dependiendo de la causa de la presión rectal, también pueden aparecer síntomas adicionales, como sangrado rectal, mucosidad en las heces y estreñimiento. Las personas con presión rectal durante el ejercicio también pueden experimentar flatulencia, urgencia intestinal o incontinencia fecal.
Si está embarazada o acaba de dar a luz, puede sentir una sensación rectal presión durante el ejercicio, especialmente durante el tercer trimestre o al hacer ejercicios mientras está sentado o acostado boca arriba. Las hemorroides también pueden causar una sensación de presión rectal durante el ejercicio junto con síntomas como sangrado del ano y dificultad para defecar, explica la Biblioteca médica en línea de los Manuales Merck. Las úlceras rectales también pueden causar presión rectal y dolor durante el ejercicio. Según el Colegio Americano de Gastroenterología, las causas menos comunes de presión rectal incluyen absceso anal, fisura o fístula, artritis del cóccix, tumores espinales o pélvicos o endometriosis.
Puede tratar la mayoría de los casos de hemorroides que causan presión rectal durante el ejercicio en casa tomando asiento baños o usando un ablandador de heces. Las mujeres embarazadas y posparto también pueden beneficiarse de los baños de asiento para tratar la presión rectal. Las hemorroides grandes pueden requerir ligadura con banda de goma para cortar el suministro de sangre y reducir su tamaño; Otros tratamientos médicos para las hemorroides grandes incluyen la destrucción por láser, la fotocoagulación infrarroja y la electrocoagulación. Las afecciones como abscesos rectales, úlceras, fisuras, fístulas y tumores de la columna vertebral o la pelvis requieren tratamiento quirúrgico.
Coma una dieta rica en fibra y beba mucha agua para ayudar a prevenir el dolor rectal durante el ejercicio que resulta de las hemorroides. Si no está acostumbrado a una dieta alta en fibra, aumente lentamente su ingesta diaria con el tiempo para evitar molestias digestivas debido a cambios en la dieta. Además, continúe haciendo ejercicio durante al menos 30 minutos la mayoría de los días de cada semana para evitar la presión rectal al disminuir el riesgo de estreñimiento.