La presión en la parte posterior de la cabeza durante o después del ejercicio puede ser problemático, especialmente si nunca antes lo has experimentado. Puede ser causado por una variedad de errores y condiciones de entrenamiento, algunos que requieren la atención de un médico. Debido a que la presión de la cabeza puede ser insoportable, debe comprender por qué puede desarrollarse durante el ejercicio y cómo puede tratarse.
Presión relacionada con el ejercicio en el La parte posterior de la cabeza puede variar de leve a extrema. La presión también puede afectar el frente o ambos lados de la cabeza. Los síntomas adicionales pueden incluir rigidez en el cuello, dolor, una sensación punzante, visión doble, vómitos e incluso pérdida de conciencia. Los síntomas pueden durar entre cinco minutos y varios días.
Durante el ejercicio, especialmente el ejercicio intenso, los vasos sanguíneos dentro del cráneo se dilatan para aumentar el flujo sanguíneo y oxigeno. Esta dilatación estira los nervios alrededor del cerebro, lo que puede desencadenar presión y dolor en la parte posterior de la cabeza durante o después del ejercicio. La presión puede exacerbarse si hace ejercicio en exceso o se esfuerza durante su entrenamiento. Una enfermedad como una infección sinusal, deshidratación, hacer ejercicio en climas cálidos o hacer ejercicio a gran altitud también puede provocar presión en la cabeza.
Reduzca la intensidad y duración del ejercicio. Concéntrese en la respiración para maximizar el flujo de oxígeno a su cerebro y músculos. Tome un analgésico como el acetaminofén o un medicamento antiinflamatorio no esteroideo como el ibuprofeno para ayudar a aliviar la presión. Si la presión y el dolor en la cabeza relacionados con el ejercicio son crónicos, un médico puede recetar un medicamento antiinflamatorio como la indometacina. Beber alrededor de 8 oz. de agua antes de hacer ejercicio y otras 8 oz. a mitad de tu rutina.
Busque atención médica si la presión en la parte posterior de la cabeza es severa, crónica o se desarrolla abruptamente durante o después del ejercicio o nunca antes ha experimentado síntomas similares. Aunque la presión de la cabeza no suele ser peligrosa, puede indicar una afección médica subyacente, como anomalías de los vasos sanguíneos, sangrado en las membranas del cerebro, un tumor u obstrucción del flujo de líquido cefalorraquídeo.