El hambre es una forma extrema de desnutrición. Si su cuerpo no obtiene los nutrientes que necesita, no podrá mantenerse, crecer adecuadamente y defenderse de las enfermedades. Si no comes, tu cuerpo se deteriorará. Primero, su rendimiento mental y físico comienza a sufrir. Finalmente, los sistemas de su cuerpo comienzan a cerrarse para conservar energía.
La extensión, tipo y La línea de tiempo del daño que experimenta depende de cuánto pesa actualmente, si come alimentos insuficientes o nada, su edad, condición médica y muchos otros factores. Generalmente, durante las etapas iniciales, se produce fatiga, mareos, piel seca o escamosa y debilidad, junto con hambre intensa. Su cuerpo está respondiendo a la falta de alimentos, que necesita para obtener energía, al indicarle a su cerebro que haga algo al respecto.
El hambre provoca una disminución de la función mental. Como cualquier otra parte de su cuerpo, su cerebro necesita nutrientes y energía para funcionar correctamente. Los bebés que mueren de hambre nunca podrían desarrollar una función cerebral adecuada. Las personas mayores de 2 o 3 años pueden experimentar una función cognitiva deficiente temporal, pero se recuperan una vez que reciben alimento. Es probable que su estado de ánimo cambie a medida que se preocupe por los pensamientos sobre la comida. También puede sentirse ansioso, irritable, enojado, retraído y deprimido.
Su falta de nutrición puede provocar trastornos gastrointestinales, sensación de frío, hipersensibilidad al ruido o luz, retención de agua y disminución de la libido. Su sistema inmunitario no podrá producir suficientes anticuerpos para combatir las infecciones, por lo que se enfermará con más frecuencia. Sus encías pueden hincharse y sangrar. El metabolismo disminuye a medida que su cuerpo intenta conservar la mayor cantidad de energía posible. La pérdida de peso ocurre cuando el cuerpo agota las reservas de grasa y luego comienza a quemar otros tejidos, como los músculos. Estos cambios son reversibles con una nutrición adecuada.
Eventualmente, su falta de obtener suficientes nutrientes conducirá a un daño permanente. Las caries y los huesos se debilitan debido a la insuficiencia de calcio. Tu cabello se caerá. Los órganos comienzan a cerrarse debido a la falta de energía y nutrientes necesarios para el mantenimiento. Los músculos del corazón se debilitan y el resultado final es una falla completa del sistema o la muerte.
El hambre y la desnutrición son una epidemia en algunos países subdesarrollados. Los niños experimentan el mayor daño porque necesitan una nutrición adecuada para desarrollarse adecuadamente. Incluso si sobreviven largos períodos de inanición, pueden experimentar un crecimiento anormal y otras formas de daño permanente. Por ejemplo, casi todo el desarrollo óseo ocurre antes de la edad adulta, por lo que es probable que los niños que no obtienen suficiente calcio en sus dietas experimenten osteoporosis u otros problemas de composición ósea más tarde como adultos.
Las personas con trastornos alimentarios a veces usan técnicas de inanición para perder peso. Por ejemplo, las personas con bulemia se obligan a vomitar después de las comidas, lo que puede provocar desnutrición y hambre. Las personas con anorexia evitan comer siempre que sea posible. Los efectos específicos de estas afecciones dependen de la gravedad del problema, pero los casos extremos pueden provocar daños permanentes, como baja densidad ósea, caries dental o problemas gastrointestinales, y la muerte.