Cuando el cuerpo está expuesto a un patógeno, como un virus, el sistema inmunitario crea anticuerpos contra el patógeno. Esos anticuerpos permanecen en la sangre. La próxima vez que el cuerpo esté expuesto a ese patógeno, los anticuerpos lo atacan antes de que pueda enfermarnos. Es como si el cuerpo enviara un boletín de todos los puntos, alertando al sistema inmunitario para que esté atento a patógenos específicos. Cuando llegan esos patógenos, el sistema inmune activa los anticuerpos para tratar con el invasor.
El sistema inmune tiene varios tipos diferentes de glóbulos blancos, incluidos los linfocitos B . Los linfocitos B se forman en la médula ósea y producen anticuerpos. Cuando un patógeno ingresa al cuerpo, el sistema inmune activa los linfocitos B para formar anticuerpos específicos para ese patógeno. Una vez que se destruye el patógeno, los anticuerpos continúan viviendo en el cuerpo, haciendo guardia en caso de que el patógeno regrese.
Algunos patógenos se reproducen infectando las células del cuerpo. Con la neutralización, los anticuerpos se unen con el patógeno y forman complejos anticuerpo / patógeno. Estos complejos incapacitan al patógeno al evitar que se comunique con otras células del cuerpo. Si el patógeno no puede comunicarse, se extingue. Imagine un sistema informático con un sofisticado firewall. El firewall detecta una intrusión y cierra el puerto antes de que el virus o el caballo de Troya pueda invadir la computadora y comunicarse con los otros archivos.
El sistema inmune tiene glóbulos blancos especializados llamados fagocitos. Estas células están diseñadas específicamente para destruir y consumir células enemigas. Con la opsonización, los anticuerpos se unen al patógeno y liberan una sustancia química para atraer las células fagocíticas. Imagine un perro guardián (anticuerpos) acorralando a un ladrón y ladrando para señalar su ubicación hasta que alguien llegue para llevar al ladrón a la cárcel.
Algunos anticuerpos realizan una doble función al unir y marcar a los intrusos y al activar el complemento. El complemento es una cadena de proteínas que ayudan a destruir células infectadas, virus y bacterias. Imagine que el perro guardián (anticuerpos) acorrala al ladrón y señala su ubicación. El guardia de seguridad (complemento) llega a la escena y esposa al ladrón. Luego, la policía (fagocitos) llega para llevar al ladrón a la cárcel.
El sistema inmune es una máquina increíblemente compleja y eficiente. Sin embargo, hay momentos en que el sistema inmunitario puede reaccionar de forma exagerada y funcionar mal. En el caso de una enfermedad autoinmune, el cuerpo crea anticuerpos contra sus propias células sanas. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, existen más de 80 tipos de enfermedades autoinmunes, como lupus, esclerodermia y tiroiditis de Hashimoto.