Si bien un apetito saludable puede reflejar una salud positiva, la pérdida de apetito reducida o repentina puede ser un signo de cualquier número o problema, con causas que van desde la infección hasta el estrés. Las posibles causas adicionales incluyen medicamentos y estrés emocional. Si hay una enfermedad subyacente, los síntomas pueden disminuir una vez que se trata la enfermedad. En otros casos, los síntomas se disipan solos o persisten a largo plazo. Un proveedor de atención médica debe ayudar a garantizar un tratamiento adecuado para prevenir complicaciones.
Un número de Las infecciones pueden desencadenar la pérdida repentina del apetito. Según el Centro Médico de la Universidad de Illinois en Chicago, las infecciones asociadas con la pérdida de apetito incluyen neumonía, una infección respiratoria que afecta los pulmones; hepatitis, inflamación del hígado; VIH / SIDA; influenza; y pielonefritis, un tipo de infección renal.
Varias enfermedades pueden desencadenar la pérdida repentina de apetito. Según el "Manual de información médica de Merck: segunda edición", las enfermedades digestivas como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, la colitis y el cáncer de colon pueden causar pérdida de apetito debido a la inflamación del tracto digestivo, el bloqueo intestinal u otros factores Las enfermedades renales, hepáticas y cardíacas también pueden reducir el apetito. En algunos casos, la pérdida repentina de apetito ocurre en una etapa avanzada de la enfermedad, como insuficiencia cardíaca congestiva o insuficiencia renal.
Las enfermedades psicológicas que incluyen depresión, trastorno de ansiedad y esquizofrenia también pueden causar pérdida repentina del apetito, particularmente si los síntomas de la enfermedad subyacente aumentan repentinamente.
Puede producirse una pérdida repentina del apetito como efecto secundario de ciertos medicamentos. Los ejemplos incluyen medicamentos estimulantes utilizados para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y medicamentos para perder peso. De acuerdo con la Iniciativa de la Casa Blanca sobre la excelencia educativa para los hispanoamericanos, las drogas ilícitas callejeras como las anfetaminas, los alucinógenos, los inhalantes y el LSD también pueden provocar la pérdida del apetito.
La pérdida repentina de apetito también puede ocurrir por un mayor estrés emocional. Perder a un ser querido, perder un trabajo, el divorcio y los factores estresantes positivos, como las bodas, el enamoramiento y otros eventos importantes pueden causar una pérdida repentina del apetito. Dependiendo de la situación y la capacidad de una persona para manejar el estrés, la pérdida de apetito puede ocurrir temporalmente o perdurar mientras el nivel de estrés se mantiene constante o aumenta. Dado que la pérdida de apetito puede significar una enfermedad emocional, como la depresión, el Centro Médico de la Universidad de Illinois sugiere orientación profesional si los síntomas persisten.