El herpes es una enfermedad infecciosa extremadamente común causada por el virus del herpes simple y el virus del herpes simple 2. La mayoría de la población ha estado expuesta al herpes y es portadora del virus. El herpes puede infectar los labios, la boca, la garganta, los ojos, la piel y los genitales externos. Una persona es infecciosa uno o dos días antes de la aparición de una llaga y hasta que la llaga se resuelva por sí sola.
Un individuo puede entrar en contacto con virus al besar, abrazar, tocar a una persona con una llaga activa. Una persona rara vez se infecta con el virus a través del agua en una piscina, especialmente si la piscina está clorada. El virus del herpes se mata segundos después de entrar en contacto con el agua y aún más rápido si el agua contiene cloro. No se ha confirmado que haya habido infección por herpes en una piscina clorada.
Cuando una persona está expuesta al herpes por primera vez, sufre una enfermedad de una semana que Puede incluir faringitis, fiebre, dolor de cabeza, malestar general y otros síntomas. Esta enfermedad se ve coronada por un brote de ampollas llenas de líquido. Estas ampollas vuelven a aparecer en los años posteriores a la infección debido a que el virus ahora está inactivo en el cuerpo. Estas ampollas pueden reaparecer periódicamente para toda la vida de un individuo. Es un concepto erróneo popular que el cloro puede causar la reactivación del herpes. La investigación no ha demostrado tal correlación.
Una infección de herpes activa se puede tratar con medicamentos antivirales. Estos medicamentos pueden administrarse por vía oral y tópica. Estos medicamentos limitan la cantidad de virus que se encuentra en las ampollas y el tiempo que la ampolla está activa. También puede limitar la gravedad de los síntomas durante la infección inicial.
Las complicaciones del herpes son poco frecuentes pero graves. Se sabe que el herpes causa ceguera, defectos de nacimiento, parto prematuro y encefalitis. En casos extremos, algunas de estas dolencias pueden incluso ser fatales. El tratamiento con medicamentos antivirales generalmente evitará complicaciones graves.
Una infección de herpes se puede transferir de una parte del cuerpo a otra. Si toca una lesión activa y luego sin lavarse las manos con jabón, existe la posibilidad de propagar la infección a otras partes de su cuerpo. Esto no es posible en agua clorada, pero existe un riesgo muy bajo de dicha transmisión en agua que no contiene jabón ni cloro.